¿Vale la pena instalar placas solares en una vivienda que no se utiliza todo el año?
Esta es una pregunta que muchos propietarios de segundas residencias se plantean al considerar la inversión en energías renovables.
La decisión depende de varios factores, como el coste inicial de instalación, la frecuencia de uso de la vivienda y los beneficios económicos y medioambientales a largo plazo. A lo largo de este artículo, analizaremos en detalle cada uno de estos aspectos para determinar si realmente es rentable.
Factores para considerar:
Estos aspectos determinan si la inversión realmente merece la pena.
Frecuencia de uso de la segunda vivienda
El tiempo que se pasa en una segunda vivienda es un factor determinante. Si la propiedad solo se utiliza en vacaciones o fines de semana, la producción de energía solar puede no ser aprovechada en su totalidad durante la mayor parte del año.
Esto afecta directamente la rentabilidad de la inversión, ya que el sistema generará energía incluso cuando la casa esté vacía. Por lo tanto, antes de decidirse por esta opción, es importante calcular cuántos días o meses se utiliza la vivienda.
Costes de instalación iniciales
Los costes iniciales para la instalación de placas solares en una segunda vivienda pueden ser similares a los de una vivienda habitual, pero la rentabilidad se ve afectada por la frecuencia de uso.
Mientras que en una vivienda habitual el sistema está en funcionamiento diario, en una segunda vivienda el retorno de la inversión puede tardar más tiempo en alcanzarse debido al menor uso. Además, en ciertas ubicaciones, los costes pueden variar en función de las normativas locales, lo que también es un aspecto para considerar.
Ahorro energético a largo plazo
Aunque se puede generar un ahorro significativo durante los días en los que la segunda vivienda se utiliza, se debe analizar si este ahorro compensa la inversión inicial a lo largo del tiempo.
En algunos casos, los propietarios de segundas viviendas pueden beneficiarse de la energía producida durante las estancias, pero es esencial calcular si esos periodos son suficientes para justificar el gasto.
Compensación de excedentes
Una de las formas de hacer que la inversión en placas solares sea rentable en una segunda vivienda es mediante la compensación de excedentes, es decir, vender la energía sobrante a la red eléctrica.
Esto permite que, incluso cuando la vivienda no está ocupada, la energía producida no se desperdicie, generando un ingreso adicional que puede acelerar el retorno de la inversión. Sin embargo, la posibilidad de vender esta energía depende de las regulaciones locales y de la disponibilidad de acuerdos con las compañías eléctricas.
Beneficios de las placas solares en una segunda vivienda:
Estas son las principales ventajas de apostar por la energía solar en este tipo de propiedades.
Reducción de la huella de carbono
Al generar energía limpia y renovable, se evita la dependencia de fuentes de energía convencionales que emiten gases de efecto invernadero. Esto es especialmente relevante para propietarios que buscan una segunda vivienda más sostenible y minimizar su impacto ambiental.
Ahorro en la factura de electricidad durante las visitas
Al producir energía durante el día, es posible cubrir gran parte de las necesidades energéticas, evitando así el consumo de la red y disminuyendo los costos asociados. Este ahorro puede ser aún mayor en periodos de visita.
Revalorización del inmueble
Las viviendas que cuentan con soluciones energéticas sostenibles y que garantizan ahorros a largo plazo son vistas como más atractivas en el mercado inmobiliario. Esto significa que se puede obtener un beneficio económico adicional en caso de venta o alquiler de la propiedad.
Independencia energética en zonas rurales o aisladas
En segundas viviendas situadas en zonas rurales o aisladas, la independencia energética es un beneficio fundamental. En estos lugares, las conexiones a la red eléctrica pueden ser limitadas o incluso inexistentes, haciendo que la instalación de un sistema solar sea una solución práctica.
Desventajas y retos:
A pesar de los múltiples beneficios que ofrecen las placas solares en una segunda vivienda, también es importante tener en cuenta las posibles desventajas y retos asociados a esta inversión.
Coste inicial elevado
Aunque los precios han disminuido en los últimos años, sigue siendo una inversión considerable que puede tardar varios años en amortizarse. El tiempo que se tarda en recuperar la inversión dependerá del uso de la vivienda y de las tarifas locales de energía.
Uso esporádico
Dado que una segunda vivienda no se utiliza de manera continua, el retorno de inversión en placas solares puede ser más lento en comparación con una vivienda habitual, ya que la energía generada en periodos en los que la vivienda está vacía no se aprovecha al máximo.
Mantenimiento
Aunque los sistemas solares modernos requieren poco mantenimiento, es necesario limpiarlos y revisarlos periódicamente para garantizar un rendimiento óptimo. Si la vivienda se encuentra vacía durante largos periodos, puede ser un reto gestionar el mantenimiento.
Instalar placas solares en una segunda vivienda puede ser rentable si se consideran correctamente el uso esporádico, la posibilidad de vender excedentes y los beneficios ambientales.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que, aunque el retorno de la inversión puede ser más lento, la revalorización del inmueble y la independencia energética son ventajas significativas a largo plazo.