Con la llegada del frío, mantener la casa a una temperatura agradable es importante.
Pero con los precios de la energía en constante subida, calentar una vivienda puede suponer un gasto elevado. La buena noticia es que existen formas eficaces de mantener el calor sin aumentar el consumo, combinando hábitos inteligentes, aislamiento adecuado y energía solar.
Empieza por el aislamiento: el calor más barato es el que no se pierde
Antes de pensar en cambiar de caldera o instalar un nuevo sistema de calefacción, el primer paso es evitar fugas de calor. En muchas viviendas, especialmente casas de pueblo o antiguas, el 25% del calor se escapa por las paredes y otro 30% por las ventanas y el tejado.
- Revisa las ventanas. Sustituirlas por modelos con doble o triple acristalamiento y rotura de puente térmico puede reducir la pérdida de calor hasta en un 50%.
- Aísla el techo y las paredes. El aislamiento insuflado o las placas aislantes interiores son soluciones efectivas para viviendas existentes.
- Sella juntas y grietas. Un simple sellado con silicona o burletes en puertas y ventanas puede marcar la diferencia.
- Cierra persianas por la noche. Actúan como una capa aislante adicional.
El aislamiento no solo mantiene la casa caliente en invierno, también la mantiene fresca en verano, reduciendo la necesidad de climatización.
Optimiza tu sistema de calefacción
Tener una calefacción eficiente no siempre requiere una gran inversión, sino aprovechar mejor lo que ya tienes.
Purga los radiadores para eliminar el aire acumulado y mejorar la distribución del calor. Mantén limpia la caldera o la bomba de calor; una revisión anual aumenta la eficiencia y alarga su vida útil. Instala válvulas termostáticas para ajustar la temperatura por habitación y reducir el consumo hasta un 15%.
Evita cubrir los radiadores con muebles o cortinas largas, ya que impiden que el calor circule correctamente. Ajusta también el termostato: cada grado menos puede reducir el gasto energético en torno a un 7%. Mantener la vivienda entre 19 y 21 °C es suficiente para lograr confort y ahorro.
Revisar el sistema antes del invierno asegura que funcione con el máximo rendimiento durante toda la temporada fría.
Aprovecha la energía solar para reducir el consumo
La energía solar es una aliada clave para mantener el confort sin disparar la factura. Existen dos formas principales de usarla en calefacción:
Solar térmica
Los paneles solares térmicos captan el calor del sol para calentar agua, que se utiliza en el circuito de calefacción o para agua caliente sanitaria. Este sistema puede cubrir hasta el 60% de las necesidades térmicas de una vivienda durante el año.
En invierno, la radiación solar es menor, pero sigue siendo suficiente para reducir el consumo de gas o electricidad, sobre todo si se combina con una bomba de calor o caldera de apoyo.
Solar fotovoltaica
Los paneles fotovoltaicos generan electricidad que puede alimentar bombas de calor, radiadores eléctricos o acumuladores. Al producir tu propia energía, el coste operativo se reduce de forma drástica.
En una vivienda equipada con paneles fotovoltaicos y calefacción eléctrica eficiente, gran parte del consumo puede cubrirse con autoconsumo solar, especialmente durante las horas de luz.
Regula bien la temperatura y el uso de los espacios
Una gestión inteligente del calor puede marcar la diferencia en la factura:
- Calienta solo las estancias que usas. Cierra las puertas de habitaciones vacías para concentrar el calor.
- Usa programadores. Configura el sistema para que funcione solo cuando estás en casa.
- Aprovecha el calor natural. Abre cortinas durante el día para dejar entrar el sol y ciérralas al anochecer.
- Evita cambios bruscos. Mantener una temperatura estable consume menos que subir y bajar el termostato continuamente.
El uso de termóstatos inteligentes permite adaptar la calefacción a tus horarios y detectar cuándo no hay nadie en casa, reduciendo el gasto sin renunciar al confort.
Revisa el estado de los equipos y considera modernizarlos
Los sistemas antiguos suelen consumir más energía y ofrecer menor rendimiento. Una caldera de gas de más de 15 años puede tener una eficiencia del 70%, mientras que una bomba de calor moderna supera el 300%.
Actualizar los equipos es una inversión que se amortiza en pocos años:
- Sustituir una caldera vieja por una bomba de calor aerotérmica reduce el consumo eléctrico hasta un 40%.
- Integrar una instalación solar térmica puede cubrir gran parte de la demanda de calefacción y agua caliente.
- Los sistemas híbridos (solar + bomba de calor o solar + biomasa) ofrecen el máximo rendimiento durante todo el año.
Modernizar la instalación permite aprovechar mejor la energía disponible, reducir el consumo y mejorar el confort en la vivienda.
Mantén el calor con pequeños hábitos diarios
No todo el ahorro depende de la tecnología. A menudo, los gestos más simples ayudan a conservar el calor y mejorar el confort sin gastar más.
Colocar alfombras en las zonas frías del suelo crea una barrera térmica efectiva. Las cortinas gruesas, bien ajustadas al marco de las ventanas, reducen las pérdidas de calor durante la noche. También es útil colocar burletes bajo las puertas exteriores para evitar corrientes de aire.
Pequeños hábitos cotidianos marcan la diferencia: aprovechar el calor del horno tras cocinar o ventilar la casa solo unos minutos por la mañana son acciones sencillas que ayudan a mantener la temperatura interior sin que las paredes se enfríen.
Estos gestos reducen la pérdida térmica, mejoran la sensación de confort y no requieren inversión adicional.
Controla y analiza tu consumo
Supervisar el consumo energético es clave para detectar ineficiencias y ajustar el uso de la calefacción. Los medidores inteligentes y los sistemas de monitorización solar permiten conocer en tiempo real cuánta energía se produce y se consume.
Esta información ayuda a identificar picos de consumo, ajustar horarios de calefacción para aprovechar el autoconsumo solar y detectar equipos que estén funcionando de forma ineficiente.
Contar con un sistema de monitorización bien configurado permite optimizar la energía disponible, reducir gastos y mantener la vivienda confortable durante todo el invierno.
Aprovecha las ayudas y subvenciones disponibles
Actualmente existen múltiples ayudas autonómicas y estatales para mejorar la eficiencia energética del hogar. Los programas de autoconsumo y rehabilitación energética permiten cubrir hasta el 40% del coste de la instalación solar o de una bomba de calor.
En Fessa gestionamos todo el proceso: desde el estudio energético y la instalación hasta la tramitación de las subvenciones disponibles en cada comunidad.
Calor eficiente, ahorro real
Mantener tu casa caliente no tiene por qué ser caro. Mejorar el aislamiento, usar inteligentemente la calefacción y aprovechar la energía solar son las claves para conseguir un hogar más confortable y eficiente.
En Fessa diseñamos sistemas de calefacción solar, aerotermia y soluciones híbridas adaptadas a cada tipo de vivienda. Te ayudamos a reducir el consumo energético sin renunciar al confort, aprovechando lo que el sol te ofrece gratis cada día.